9.9.11

(48) No todo tiene un simple motivo para suceder.

Continuamente me pregunto a mí misma qué es lo que pasa conmigo. Qué es lo que siento. Qué es lo que quiero sentir. Qué es lo que debería sentir. Qué razones tengo para sentirlo, porqué lo hago. Nunca obtuve respuesta. Estoy harta de preguntarme, harta de porqués, de ataduras. ¿Razones? ¿Quién las necesita? ¡A la porra con las razones! Solamente lo siento, no lo pienso, no lo analizo. Ya no. Y ahora ya sé todo cuanto necesito saber. Te quiero. A ti, aquí y ahora. No sé por qué, pero tampoco me lo pregunto más. Hoy, he aprendido que tal vez no todo tenga siempre un motivo para suceder.


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